Editorial Astiberri 2010

Mi segundo cómic y la primera verdadera narración larga. Mi objetivo era explorar cómo transmitir emociones sin expresarlas con palabras. Es un trabajo muy vivo, porque me interesaba que el trazo fuera crudo, sintetizar y contar la historia con los menos elementos gráficos posibles. . Eso me permitía poner énfasis en desarrollar las escenas y en contar qué sienten en cada momento los personajes, pero sugiriendo siempre, y obligando al lector a llenar los huecos. Hallar la frontera entre la simplicidad y la escasez. Estoy especialmente contento con algunas secuencias, sobre todo con aquellas en las que los personajes dicen algo distinto de lo que quieren decir.

Es una historia que parte de temas universales: la pequeñez del hombre contra la inmensidad del mar, la habilidad del marino contra la fatalidad, el mar como fuente de vida y como amenaza insondable…

Este cómic fue nominado a Mejor Obra y Mejor Guión en el Expocómic 2010.

De una forma tan sencilla como eficaz, Pinya nos cuenta una breve historia, de fácil y rápida lectura, en la que con un trazo sucio y grueso, gracias principalmente al pincel seco que “mancha“ magistralmente sus páginas.

J.M. Anguas (El Hojeador)

 

La Marea de San Pedro es un drama de amores imposibles pero, lejos de lo que algunos pudieran pensar dicho esto, no es un tebeo cursi ni ñoño. Es una historia de hombres rudos y curtidos en las labores del mar, acostumbrados a jugarse la vida cada día en sus barcas. En verdad, es una historia muy dura. Como el mar y sus gentes.[…] Una historia emotiva y que llega.

Juan Ángel Martín Mota (La Comicteca)

 

Con cada nueva obra Tomeu Pinya se reinventa. Su lápiz está siempre al servicio de la historia, sabe ambientar ya no sólo con escenarios, sino sometiendo la técnica al guión, algo que pocos intentan y que contados autores dominan. […]Espero ansiosa su próximo trabajo.

Sandra de Lamo (Planeta DeAgostini)

 

[…]un ritmo premeditamente pausado, casi poético, en el que priman los sentimientos que transmite cada personaje, su interrelación con el entorno que les rodea y los silencios. Unos silencios rotos por el batir de las olas, que casi podemos oir, al tiempo que intuimos el olor del salitre que impregna cada rincón de este pequeño pueblo. Se crea así el ambiente perfecto para desarrollar la historia, de forma efectiva y sencilla (que no fácil).

David Fernández (Zona Negativa)