Astiberri, 2010.
En un apacible pueblo de pescadores, Pedro ha pescado uno de los pecesmás grandes que nadie recuerde haber visto. A la admiración de compañeros y vecinos se une la del todopoderoso don Miguel, amo de las barcas y, por tanto, de todo el pueblo. Su fortuna parece crecer aún más: la propia hija del viejo y celoso potentado, la joven María, se fija en él. Pero este amor incipiente resulta una peligrosa arma de doble filo…
Historia de aires trágicos teñida de imágenes lorquianas, este segundo trabajo de Tomeu Pinya tras Un pueblo blanco tiene al mar que todo lo da y todo lo puede quitar como el otro protagonista fundamental del relato. Asumiendo como propias influencias tan diversas como las de Mattotti, Pedrosa o Carlos Giménez, el autor de La marea de San Pedro ha buscado que la narración transcurra pausada, con espacio para la contemplación y la creación de la atmósfera que desembocará en un intenso clímax final.